La izquierda está dividida y el partido que la representa va camino a su autodestrucción. Si hace casi veinte años surgió el PRD como reacción a un fraude electoral, hoy el cochinero electoral a su propio interior lo tiene entrampado y escindido. Si en julio de 2006 estuvo a punto de ganar la presidencia, hoy no rebasa el 17% en las intenciones de voto y en todo este escenario, el principal responsable es Andrés Manuel López Obrador. En campaña por la presidencia la soberbia lo venció y dando por hecho su triunfo se negó a aceptar la derrota impidiendo convertirse en un opositor demócrata. Prefirió declararse "presidente legítimo" y en su visceral y desesperada lucha por el control del partido, contaminó el proceso de renovación de la dirigencia. Hoy, en vez de afrontar el hecho, lo ignora y convoca a sus seguidores a "defender el petróleo". No es exagerado. El PRD y su mesías tienen sus días, políticamente hablando, contados.
martes, 25 de marzo de 2008
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1 comentario:
Y que bueno, ojala que siga asi el señor y que se hunda toda su gente. No que no sea bueno tener una izquierda en toda la democracia, pero hay de izquierdistas a izquierdistas. Si llegara a ganar este señor yo feliz me voy a vivir a Venezuela
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