martes, 1 de septiembre de 2009
El "dese" por la tirata II.
Hace no muchos años, el primer día de septiembre era el "día del Presidente" y comenzaba con la reseña del nuevo día en Los Pinos, la entrevista previa con la familia, la visita a Palacio Nacional para vestir la Banda y el camino en auto descapotado en medio del júbilo popular. Ya luego en el recinto legislativo el tradicional "besamanos" por parte de la clase política y empresarial. A partir de finales de los ochenta cuando comenzaron a darse las interpelaciones, paulatinamente la ceremonia del informe se fue convirtiendo en un grotesco circo hasta que llegado el último informe de Vicente Fox, éste no pudo siquiera ingresar a San Lázaro. Llegó el momento del primer informe del presidente Calderón y los legisladores no permitieron que dirigiera mensaje alguno limitándose el Ejecutivo a entregar por escrito su informe y retirarse. Acto seguido se modificó la Constitución para limitar la participación del presidente a la sola entrega del informe en un intento por parte de los legisladores de oposición de quitarle protagonismo al jefe del Ejecutivo. ¿Qué ocurre ahora?, el primer día de septiembre se instala la legislatura sin que nadie se entere y el presidente cumple con la entrega de su informe por escrito pero dirige desde Palacio Nacional un mensaje transmitido por los medios en cadena nacional rodeado de su gabinete y de invitados adictos a él. Tan les salió al revés la maniobra a los legisladores que están pensando en regresar al informe en la Cámara Baja.
Etiquetas:
día del presidente,
informe de gobierno,
uno de septiembre
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
En efecto, desde que empezaron con su babosada de declararle la guerra al Presidente de hasta quitarnos el derecho ciudadano del informe y lo peor, negarse el derecho ellos, los legisladores, de recibir al ejecutivo en la cámara, ya que sea como sea, bien lo dice usted, ese show les daba rating. Al Presidente no le cuesta nada un mensaje en cadena y a los diputados les quita la voz. Que tontos.
Publicar un comentario