El pasado domingo 29 el Gobierno capitalino efectuó su "Encuesta verde" para que los ciudadanos votaran a favor o en contra de una serie de medidas tendientes a mejorar el medio ambiente. Al principio se solicitaba la credencial de elector para poder votar, pero al ser escasa la participación, eliminaron ese requisito y permitieron que votaran turistas extranjeros y menores de edad incluso.
Aún así, la votación no llegó a los quinientos mil ciudadanos participantes. Ahora ya están pretendiendo instrumentar una ampliación al programa "Hoy no circula" un sábado al mes para cada color de calcomanía, incluyendo a todo el parque vehicular.
Quienes han hecho un sacrificio por renovar su vehículo adquiriendo un carro más reciente y por lo mismo menos contaminante, tienen que pagar anualmente una fuerte suma por concepto de "tenencia". Los estándares de verificación son ahora más severos. Se eliminó la calcomanía "uno" y ahora esta arbitraria medida de no circular los sábados. Lo peor es que el transporte público, que sería la alternativa, es absolutamente ineficiente. El metro padece de graves deficiencias de mantenimiento. El sistema de microbuses y peseras es sucio, desordenado y peligroso.
¿A dónde quiere llegar Marcelo Ebrad?
Si en realidad se preocuparan por tomar medidas serias para ayudar a disminuir la contaminación, debería reglamentar las marchas y plantones que además de atropellar los derechos de cientos de miles de ciudadanos cumplidos y trabajadores, fomentan la polución.
Aún así, la votación no llegó a los quinientos mil ciudadanos participantes. Ahora ya están pretendiendo instrumentar una ampliación al programa "Hoy no circula" un sábado al mes para cada color de calcomanía, incluyendo a todo el parque vehicular.
Quienes han hecho un sacrificio por renovar su vehículo adquiriendo un carro más reciente y por lo mismo menos contaminante, tienen que pagar anualmente una fuerte suma por concepto de "tenencia". Los estándares de verificación son ahora más severos. Se eliminó la calcomanía "uno" y ahora esta arbitraria medida de no circular los sábados. Lo peor es que el transporte público, que sería la alternativa, es absolutamente ineficiente. El metro padece de graves deficiencias de mantenimiento. El sistema de microbuses y peseras es sucio, desordenado y peligroso.
¿A dónde quiere llegar Marcelo Ebrad?
Si en realidad se preocuparan por tomar medidas serias para ayudar a disminuir la contaminación, debería reglamentar las marchas y plantones que además de atropellar los derechos de cientos de miles de ciudadanos cumplidos y trabajadores, fomentan la polución.
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