Se cumple un mes de haber entrado en vigor el Reglamento Metropolitano de tránsito y se contabilizan 78 678 multas. Según Seguridad Pública capitalina, la principal falta es estacionarse en lugar prohibido. Llama la atención que el 95% de los infraccionados son particulares. En investigación periodística efectuada por el periódico “Reforma”, un operador de microbús acumula en veinte minutos los doce puntos necesarios para perder la licencia; no obstante y ante las ostensibles violaciones al Reglamento, los agentes no los detienen ni los infraccionan. El Gobierno capitalino está endureciendo las condiciones para los automovilistas pero no hace absolutamente nada por poner en orden el inseguro, sucio, obsoleto y anárquico servicio concesionado de transporte. Los microbuseros, hoy por hoy son dueños absolutos de las vialidades, sus paraderos fuente de desorden, ruido y basura e incumplen, con la pasiva contemplación de las “autoridades” la reglamentación respectiva.
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