martes, 16 de diciembre de 2008

Ni tienen madre ni renuncian.



Los dos casos más sonados recientemente por la difusión que se le dio, el de los secuestros y homicidios de Fernando Martí y Silvia Vargas, ambos sin resolver, son un macabro recordatorio de la ineficiencia y la corrupción que se han apoderado de las instancias que desde el gobierno deberían velar por nuestra seguridad. Ni disminuye el índice de criminalidad ni el de la impunidad, como no disminuye el oneroso gasto que en medios el gobierno sigue ejerciendo para informarnos de que sigue y seguirá luchando contra la inseguridad. Las expresiones que titulan esta entrada vertidas por Nelson Vargas y Alejandro Martí siguen vigentes. ¿Hasta cuándo?.

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