viernes, 8 de marzo de 2013
Destacadas momias
En algún momento de mi niñez me llevaron, como suele suceder, sin mi consentimiento, (a ningún niño le preguntan, simplemente le imponen las creencias irracionales de quienes les crían) a visitar el cuerpo "incorrupto" del "beato" Sebastián de Aparicio en algún templo de la Ciudad de Puebla de Zaragoza. Según la leyenda, el santo varón fue premiado por la divinidad con la conservación de sus despojos. Recuerdo la impresión que me causó contemplar aquella momia cuyo rostro ya había sido restaurado con cera y observar lo que alguna vez fue un pie y que era ya un grotesco muñón carcomido que se asomaba desde el hábito. Años después en mi primera visita a la hermosa Ciudad de Guanajuato Capital y como todo primerizo turista que se respete, visité a las afamadas momias. Llamó mi atención una en especial que era una mujer que murió embarazada. Años después y cuando el cuerpo de la preñada se deterioró, exhibían la momia del no nato a la que llamaron la momia más pequeña del mundo. Cosas de la mercadotecnia y el turismo. Sabemos que el embalsamiento de los cadáveres fue una práctica común en el Egipto antiguo debido a la creencia de que en algún momento el ilustre finado habría de regresar, no sé para qué, a este plano mundano, terrenal. Personajes conspicuos de la política en la era moderna fueron también embalsamados como Ho Chi Min y Mao Tse en China, Lenin y Stalin en Rusia y Eva Duarte de Perón en Argentina. Esta práctica a mi ver tiene dos objetivos: rendir un homenaje póstumo y muy especial a alguien que alcanzó tan macabro merecimiento merced a, vaya usted a saber qué singulares méritos y de alguna forma perpetuar el recuerdo del personaje a fuerza de mantener disecados sus despojos y a la vista y veneración de la grey. El gobierno venezolano ha decidido embalsamar los restos del comandante Hugo Chávez y exhibirlos "eternamente" en el Museo de la Revolución. A esta momia moderna le espera el mismo destino que a las ilustres momias que le precedieron, convertirse en polvo pero más despacio.
" ...le imponen las creencias irracionales de quienes les crían..." o las no creencias.
ResponderEliminarPreservar a los muertos es una condición humana, el mejor ejemplo son las momias de Chile, con 9,000 años de antigüedad, obviamente más antiguas que las egipcias, o no tan lejos como las momias contemporáneas del Dr. Gunther von Hagens, y pienso que es una condición humana necesaria para superar un duelo, ver y saber que aquel con quien generaste un gran vínculo emocional no volverá a convivir contigo jamás. Es el caso por ejemplo de que en psicología sea parte de la terapia el funeral, pues sea cual sea la tradición ésta sirve de muleta para elaborar la pérdida (ver que realmente está muerto, como el ataúd abierto). Es por eso que reconozco la importancia de la momificación, sin importar el contexto histórico o cultural. Pero en el caso de Hugo Chávez es evidente que las intenciones son mediáticas, incluso circenses. En las civilizaciones muy desarrolladas siempre se trata de preservar al individuo más "importante" de la sociedad, además las momias siempre han ayudado a la antropología y a la ciencia en general, así que dejando a un lado lo... curioso que sea momificar a un mandatario contemporáneo seguro aportará conocimiento en unos milenios, eso si no terminan de matarse unos a otros los humanos o al resto de los seres vivos.
ResponderEliminarLas no creencias no son una imposición porque no se impone nada. Es como si fuera lógico o automático inculcar alguna creencia y se atentara contra ello.
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