Cuando el actual Jefe de Gobierno Marcelo Ebrad se desempeñaba como Secretario de Seguridad Pública en la pasada administración capitalina, estuvo por aquí el ex-alcalde neoyorquino Rudolph Gulliani quien alcanzó celebridad por la aplicación del programa "cero tolerancia" y como parte de las recomendaciones que hizo para nuestra Ciudad Capital fue la instrumentación del programa "Alcoholímetro" medida que se viene ya aplicando, ratificada en el nuevo Reglamento de Tránsito y frente al cual no existe sanción económica sino arresto inconmutable de veinte a treinta y seis horas. La medida es buena. Manejar en estado de ebriedad es causa de múltiples accidentes en que se ven involucradas personas inocentes con consecuencias fatales. El Secretario de Seguridad Pública, Ing. Joel Ortega dio a conocer que se tienen seiscientas órdenes de persentación de otros tantos cuiudadanos que, habiéndose hecho acreedores a la sanción de arresto, no la cumplieron por tramitar juicios de amparo que finalmente no prosperaron. Muy bien, hay que ir por ellos para que cumplan con su arresto, pero ¿era necesario hacerlo acompañado de un ominoso despliegue de medios? Convocar cámaras y micrófonos a una diligencia como ésta y la actitud más burlona que arrogante del Ing. Ortega, como si estuviera alcanzando logros espectaculares en el combate a la inseguridad, solo demuestra de nueva cuenta que las autoridades privilegian el impacto mediático, la foto y hasta el escándalo antes que hacer bien su trabajo en beneficio de la ciudadanía.
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