Al ver al Presidente Calderón con su brazo en cabestrillo por una lesión por caída...de bicicleta, no podemos dejar de relacionarlo con los mexicanos, tan mexicanos como cualquiera, que le están apostando a que caiga el Presidente. El resentido legítimo está dispuesto a incendiar al País si no se hacen o deshacen o lo que sea las cosas como él quiere. Si ya los legisladores acabaron con el día del Presidente eliminando el "besamanos" como resultado de los desfiguros perredistas en cada informe de gobierno en los últimos años, no se explica por qué la dirigencia capitalina del PRD encabezada por la ex-azafata Barrales (¿y la avioneta?) ahora gastan el dinero de nuestros impuestos reclamando que no hay informe. Estos presupuestívoros mendaces y cínicos deberían entender que con la caída del Presidente se cae el País...pero la ambición es canija.
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