viernes, 10 de abril de 2009
Padeciendo la pasión.
En nuestra Ciudad de México se lleva a cabo desde hace ciento cincuenta años la representación de la pasión de Cristo en las calles de la Delegación Iztapalapa. Para tal efecto el gobierno distrae a numerosos elementos de la policía que cuidan el orden ante la nutrida cantidad de visitantes y se cierran durante una semana vialidades importantes incluídas vías primarias como el Eje 8 Ermita Iztapalapa. Esto por supuesto genera caos vial, contaminación y es un atropello para quienes son ajenos a tales conmemoraciones. Obviamente en un país tradicionalmente católico (aunque su catolicismo de papel les haga ignorar siquiera por qué creen en lo que creen o qué significa si es que algo significa), es una inmensa mayoría la que prohija este tipo de manifestaciones y cualquier intento de regularlas les parecería herejía. Aún así, esperamos llegará el día en que las autoridades de un país que se dice laico como el nuestro, haga prevalecer la Ley y evite que la vía pública se utilice indebidamente. ¿Por qué no realizan su montaje en el atrio de la Basílica de Guadalupe? o en el Estadio Azteca, o en el Bosque de la Marquesa, o donde sea que no tenga que ser necesario bloquear vialidades y trastocar el funcionamiento de una ciudad permanentemente en el colapso. Mientras ello sucede, deberemos seguir padeciendo la representación de la pasión por parte de las almas sencillas y las inteligencias poco ilustradas.
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