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lunes, 6 de agosto de 2007

Más Caro el Caldo que las Albóndigas


Una de las medidas instrumentadas por Marcelo Ebrad es el establecimiento con carácter de obligatorio para sus colaboradores de utilizar la bicicleta el primer lunes de cada mes para llegar a laborar, supuestamente para fomentar el uso de ese vehículo, disminuir el consumo de gasolina y la contaminación. Hoy lunes seis el Jefe de Gobierno salió a la calle en su bicicleta para llegar al Museo de Antropología y la comitiva y el operativo instrumentado para abrirle paso generó tal congestionamiento vial y su correspondiente costo en tiempo y contaminación, que mejor se hubieran ahorrado el numerito.

Los últimos domingos los capitalinos hemos padecido arbitrarios cortes a la circulación con motivo de los paseos ciclistas que el Gobierno patrocina como si nadie trabajara en domingo y como si no se hubieran gastado parte del presupuesto en las “ciclopistas” o no hubiera parques y espacios específicos para esa actividad.

Es patente el carácter populista y el afán protagónico de un funcionario que, en aras de sus aspiraciones políticas, se hace tomar la foto en bicicleta sin importar que provoque un terrible caos vial, mientras su chofer se lleva la Suburban de ocho cilindros vacía a la oficina. Ni ahorro de gasolina, ni menos contaminación ni nada. Demagogia y populismo, nada más.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Nunca hay un primer escándalo, cada escándalo tiene su origen tiempo atrás.
El tema de “la foto” ha sido recurrente en los últimos días: la de Marcelo Ebrad con Felipe Calderón, la de Calderón con su traje militar combatiendo al narcotráfico, la de Martha Delgado sembrando maíz criollo en el zócalo, la de Ebrad conduciendo en bici hasta su trabajo. En fin, enlistarlas sería prácticamente una tarea imposible de acabar.
La fotografía ha tomado un lugar importante en nuestra sociedad, se ha puesto en primer plano para la evidencia y la documentación; es un registro que ha implantado un derecho legítimo: todos tenemos derecho a ser fotografiados. Sin embargo, no hay que olvidar que a ese instante que se pretende capturar le antecede el ya común “mira a la cámara” (frase que de manera inmediata se traduce en “te están mirando”). La realidad de la fotografía es que no muestra “la realidad”, ante la cámara permanecen modelos inmóviles, posiciones poco naturales, situaciones o escenarios preparados, “y todo”, porque sabemos que lo que queda es la imagen y no el referente.
El tema de la foto seguirá siendo recurrente, al igual que nuestros escándalos, sólo basta revisar que México cuenta con un bonito “album fotográfico” (porque si algo hemos aprendido a hacer es tomar fotografías).